domingo, 19 de enero de 2025

Las plantas una por una: Ajo

          Las plantas una por una: Ajo

Ajo:  (Allium sativum) Familia: Liliáceas

Algunos autores naturistas suponen que no es una casualidad que en Asia central, región de la cual es originario el ajo, se encuentren los hombres más longevos de la Tierra. Del ajo se utiliza principalmente el bulbo, especialmente rico en principios activos. Contiene un glucósido sulfurado, la aliina, un enzima, vitaminas A, B1, B2, C y niacina.

Las sustancias sulfúricas contenidas en el ajo son altamente volátiles y, transportadas por la sangre una vez ingeridas, impregnan todos los órganos y tejidos del organismo, en particular aquellos a través de los cuales estas sustancias son eliminadas: riñones, pulmones, bronquios y piel. Quede bien

claro que el ajo del cual vamos a enumerar maravillosas virtudes no es el que encontramos en los mercados en paquetitos preparados, sino aquel que nos puede ofrecer un agricultor de confianza que cultive productos biológicos.

Los egipcios y los griegos lo consideraban ya una fuente preciosa de fortaleza física y lo incluían en la dieta de esclavos y atletas para incrementar su vitalidad.

El ajo conquistó Egipto desde el principio de su historia; los egipcios preparaban collares de ajo y se los ponían a los niños para protegerlos de los parásitos. Fue con el ajo que Ulises venció los maleficios de la maga Circe y logró que no lo transformase en cerdo. Considerado una panacea por Dioscórides y por Galeno, en tiempos más recientes el conocido herborista provenzal Messegué afirma que no debería haber un día sin ajo, así como no debería haber un día sin pan. En realidad, el ajo es una de las plantas medicinales con mayor número de propiedades demostradas científicamente; entre ellas las principales son la hipotensora y la hipoglucemiante.

El ajo provoca un descenso de la tensión arterial (sea de la máxima o de la mínima), tiene efecto vasodilatador y fluidifica la sangre, siendo por tanto aconsejable su uso a las personas que sufren de hipertensión, arterioesclerosis y trastornos circulatorios en general, o bien a cuantos hayan padecido trombosis, embolias u otros accidentes vasculares causados por falta de riego sanguíneo.

Reduce el nivel de colesterol y de azúcar en la sangre. Es un antibiótico y antiséptico general, probablemente gracias a su alto porcentaje de azufre, y se ha demostrado su acción bactericida frente a estafilococos, estreptococos, salmonela, hongos y virus de diverso tipo (el virus del herpes, por ejemplo).

En las infecciones intestinales, una vez ingerido, no solamente elimina las bacterias patógenas sino que, a diferencia de los antibióticos químicos, respeta y regula la flora intestinal.Es probablemente preventivo de los tumores del aparato digestivo ya que, al eliminar el estreñimiento, reduce la probabilidad de acúmulos e intoxicaciones.

Mediante uso externo es útil para eliminar verrugas y callos; para este fin se aplica directamente sobre la parte interesada, protegiendo la piel de alrededor con una tirita. Es un complemento útil en todo tipo de infección urinaria, bronquial, intestinal, etc., en cuyo caso, además de destruir los microorganismos patógenos, estimula las defensas del organismo, aumentando la producción de glóbulos blancos. Por este mismo motivo los naturistas lo incluyen como complemento terapéutico en casos de tumores y de sida.

Por último, parece ser que el consumo regular de ajos estimula y conserva la virilidad.

Usos y preparados

Cocimiento: Una cabeza entera de ajo por litro de agua. Hervir 10 minutos.

Tintura: Macerar durante 48 horas una cabeza de ajo en alcohol, cubriéndola.

Jarabe: Dos cabezas de ajo ralladas y mezcladas con 100 gr de azúcar y un vaso de agua. 2 cucharadas al día en casos de presión alta.

Licor de ajo: Machacar en un mortero 50 gr de ajo pelado y dejarlo macerar en un tarro de cristal junto a 200 ml de alcohol de 95° durante 21 días. Pasarlo todo a otro tarro más grande y añadir 1 litro de vino blanco seco. Dejar reposar 1 día, filtrar y embotellar. 1 cucharada antes de las principales comidas para regularizar la presión arterial y el corazón.

Bálsamo para fricciones: Machacar 2 dientes de ajo con 3 cucharadas de aceite de oliva. Sirve para friccionar el abdomen en caso de gusanos intestinales; la planta de los pies en casos de tensión alta y la columna vertebral en casos de vértigo y de impotencia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Las plantas una a una: Aloe Vera

 Las plantas una a una: Aloe Vera Aloe vera: Familia: Liliáceas Del aloe se usa el zumo de las hojas, que se recogen en invierno, cuando la ...